HISTORIA DEL TEMPLO


la Reconquista y Repoblación de la Provincia de Guadalajara se llevó a cabo desde las últimas décadas del siglo XI hasta finales del siglo XIII. Paralelamente, se fueron edificando en ciudades, villas y pueblos iglesias parroquiales y conventuales, en las que podemos apreciar la evolución del estilo románico y las primeras manifestaciones del nuevo estilo gótico. Estilos que igualmente conviven en la catedral de la Sigüenza y en sus dos parroquias medievales, San Vicente y Santiago.
La catedral seguntina fue un proyecto del primer obispo de la ciudad tras su Reconquista en 1124, D. Bernardo de Agén. Pero sus obras se iniciaron durante la prelacía de su sobrino y sucesor en la sede, D. Pedro de Leucata, a mediados del siglo XII, al mismo tiempo que se comenzaban las murallas románicas de la ciudad con un claro sentido repoblador. Las obras de este amplio recinto y de la catedral continuaron en época de D. Cerebruno, su inmediato sucesor, a quien la documentación contemporánea atribuye la construcción intramuros de la parroquia de San Vicente, en la Travesaña Alta, y de la dedicada a Santiago en la calle Mayor.

A finales del siglo XII y en las primeras décadas del XIII, siendo obispo de la ciudad D. Rodrigo y Alfonso VIII el rey de Castilla, un nuevo taller catedralicio alzó las tres portadas de su fachada occidental, ejemplo singular del estilo tardorrománico para uno o del protogótico para otros. A semejanza de las mismas, construyeron las portadas de las nuevas iglesias de San Vicente y Santiago, que vieron ampliarse sus fábricas en el mismo momento en que se construían las 90 casas de la Travesaña Baja, para acoger a una población en continuo crecimiento gracias al paso de la Mesta por la ciudad, población en su mayoría de comerciantes y artesanos judíos y mudéjares.
Durante la mayor parte de la Baja Edad Media, en la amplia nave de la parroquia de Santiago, se celebraron los concejos abiertos de la ciudad, convocados "a campana tañida". Hasta que dejó de ser un templo parroquial a principios del siglo XVI, para convertirse en iglesia del convento de Clarisas, que se fundó en tiempos del obispo D. Fadrique de Portugal, cuyo escudo preside desde entonces su fachada. El convento fue destruido en la Guerra Civil, durante un bombardeo que dejó en ruinas la propia iglesia, que desde entonces permaneció cerrada. Tras décadas de desolador abandono, a pesar de iniciativas diversas en pro de su rehabilitación, en la actualidad la iglesia de Santiago ha visto restaurarse su fachada y cubrirse de nuevo su nave, en un proceso ya imparable de recuperación de uno de los monumentos más singulares del patrimonio medieval seguntino. Un monumento que espera, tras la firma del convenio entre el Cabildo y el Ayuntamiento de Sigüenza, y la creación de la Asociación de Amigos de la iglesia de Santiago, poder convertirse, cuando se concluyan sus obras de restauración, en un Centro de Interpretación del Románico de la Provincia de Guadalajara.

Todos podemos contribuir con nuestro apoyo a que este proyecto se haga realidad en el tiempo más breve posible, y a que esta magnífica iglesia sea un hito inolvidable del Camino de Santiago que pasa ante su espléndida portada.

Pilar Martínez Taboada
Cronista Oficial de Sigüenza